Bienvenidos a todos a este blog que da lugar a los sabores internacionales del mundo y la posibilidad de conocer culturas diferentes teniendo como enfoque la gastronomía.

La gastronomía nos acerca a diferentes culturas y gracias a ella podemos conocer diferentes estilos de vida y costumbres.

En la actualidad vivimos en una sociedad donde la mezcla de nacionalidades nos da lugar a convvir con gente de diferentes partes del mundo y su gastronomía .

La gastronomía es un punto de encuentro entre amigos , familia , incluso reuniones de trabajo y muchos de los lugares que visitamos en las vacaciones o que nos gustaria visitar tienen como gran atractivo su cultura gastronomica.

En lo personal encuentro muy positivo el hecho de conocer gente de diferentes lugares y que puedan aportar sus costumbres y conocer más de distintos países a través de su cocina.

Espero que les guste este blog y esta abierto a opniones y sugerencias.



María Ayelén Juvé







jueves, 23 de febrero de 2012


Para comenzar con el blog una receta típica de Catalunya y su origen.






Hasta finales de marzo o principios de abril, podemos disfrutar de los calçots y la calçotada, una fiesta gastronómica tradicional catalana cuyos ingredientes principales son los calçots y la salsa romesco  con la que se acompañan.
Coloquialmente un calçot es una cebolla tierna, pero no es cualquier cebolla, es un brote de cebolla blanca que ya está desarrollada y que ha sido replantada en el terreno.
Conforme van creciendo estos brotes, se les va cubriendo con tierra por los lados para blanquear su base, ésta es la parte que se consume. Al estar enterrada hace que sea muy tierna y de un sabor y dulzura característicos.
La semilla de esta cebolla se siembra durante los meses de octubre, noviembre y diciembre. Cuando ha germinado, crecido y se ha desarrollado, se arranca del semillero y se planta en la tierra.

Con la llegada del verano ha crecido, asomando la cabeza como una cebolla normal entonces es cuando se vuelve a arrancar, se guarda durante unas semanas, cortando la parte superior de las hojas y se vuelve a plantar.
Los calçots se recolectan cuando los brotes del bulbo están maduros, con cuidado y rapidez para conseguir una mejor conservación y calidad del producto. Los brotes se separan individualmente una vez arrancados de la mata.
Su origen se encuentra en Valls, y los lugares de la región catalana donde más se cultivan y poseen la Denominación de Calidad de los calçots son el Baix Penedès, el Tarragonès, el Baix Camp y l’Alt Camp.
Se cuenta que fue un agricultor de Valls del siglo XIX, conocido como el Xat de Benaiges, el precursor y aunque la calçotada se ha extendido a varias comarcas de Cataluña, incluso al resto del país, Valls sigue siendo el nido de este delicioso manjar y su celebración.
En las primeras décadas del siglo XX, para las famílias de Valls, hacer una calçotada era una fiesta. Y en la actualidad, continúa la tradición, elaborándose calçotadas todos los domingos de la temporada. También se realizan en restaurantes, masías y como no, en casas particulares.
Los calçots se cocinan a la brasa y una vez asados, es decir, cuando la punta está tierna y la capa externa completamente negra (chamuscada), se envuelven en papel de periódico para que en el momento de comerlos sigan calientes. Se llevan a la mesa todavía envueltos y puestos sobre una teja.

Ingredientes (4 personas)

  • Una pizca de sal
  • 3 tomates
  • 10 g de ajo (2 dientes)
  • 6 ud de avellanas
  • 6 ud de almendras
  • 1 rebanada de pan tostado
  • 1 pimiento choricero (o pimiento seco)
  • 10 ml de vinagre
  • 100 ml de aceite de oliva
  • Una pizca de sal

Cómo se elabora:

Asamos los calçots en una parrilla sobre fuego de leña hasta que esté chamuscada la parte exterior. También podemos asarlos en el horno, aunque perderemos el aroma y sabor característico del asado en leña.
Sabremos que los calçots están en su punto cuando por la capa exterior ya chamuscada comiencen a salir los jugos del tallo de la cebolleta asada.
Retiramos los tallos del asado y tapamos con papel de horno o con trapos limpios para que se conserven en calor y se pelen con facilidad.
Los consumimos pelados de la capa chamuscada e impregnados de la salsa romesco previamente preparada.


Para elaborar la salsa romesco: Asamos los tomates con los dientes de ajo, el pimiento seco y la rebanada de pan todo ello junto en la misma bandeja del horno a 200ºC durante 30 minutos. Una vez asados se dejan enfriar. Si el pan cogiese demasiado color se saca del horno antes.
Posteriormente, en el vaso de la batidora, ponemos las almendras y las avellanas y las machacamos hasta que queden totalmente trituradas. Añadimos después el pan tostado, un chorro de vinagre, el pimiento y los dientes de ajo y batimos todo el conjunto hasta formar una crema a la que añadiremos los tomates asados, sal y el aceite de oliva a chorro fino.
Una vez formada la salsa romesco la dejamos reposar. Es una salsa que queda más sabrosa elaborándola de un día para otro y guardándola en la nevera hasta el momento de su utilización.
Esta salsa debe quedar espesa para que se "agarre" a los calçots y no goteé en exceso.